miércoles, 28 de marzo de 2007

Hay una pregunta para ZP

El pasado martes 27 de Marzo TVE estrenó su programa llamado “Tengo una pregunta para usted”. El programa presentado por Lorenzo Milá, fue inaugurado por el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Personas de todo tipo le hicieron preguntas al Presidente, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, parados, autónomos, empresarios, inmigrantes… para todos hubo un hueco en este programa, en el que se tocaron todos los temas y preocupaciones de la sociedad española, cada uno de ellos con voz propia.
De las 100 preguntas que estaba previsto contestar sólo lo hizo a 42 debido de la prolongación de las respuestas, por lo que el programa adquirió en algunos momentos un ritmo lento y costoso de seguir, parecido más bien a una sesión parlamentaria que a un show televisivo –que al fin y al cabo es lo que es-. En este sentido me quito el sombrero por Milá, que bien trató de solventar el aburrimiento introduciendo comentarios para dinamizar la conversación del Presidente y sus presididos con mucha destreza y haciendo que las interrupciones al discurso “políticamente correcto” del interrogado Presidente resultasen en ocasiones un alivio al espectador.
A pesar de su ritmo el programa, contra todo pronóstico, fue un gran éxito de audiencia ya que llegó a rozar los 6 millones de espectadores.
Dejando de lado las valoraciones en cuanto a formato, en el programa se abordaron temas claves como el terrorismo, la vivienda, inmigración y empleo, principales preocupaciones de los españoles. Aunque todos estos temas se han pasado por alto en las noticias del día después, ya que lo único que ha perdurado en la memoria de los ciudadanos –gracias en su mayor parte a los medios de comunicación- es el titular del miércoles 28: “Un café cuesta 80 céntimos de euro”. Esta frase, fue dicha por el Presidente ante la pregunta de uno de los ciudadanos, que indignado por las respuestas macroeconómicas que el entrevistado estaba dando al hecho de que se haya encarecido el coste de la vida le preguntó si sabía lo que costaba un café en la calle. Todo el mundo se ha escandalizado por esta respuesta que no deja de ser una anécdota y se ha comenzado a acusar al Presidente de “no estar en la calle” y de no ser alguien cercano a su pueblo.




¿Acaso el que el Presidente del Gobierno no salga al bar de debajo de su casa a tomarse un café y charlar con los vecinos es tan escandaloso? Estamos midiendo por el mismo rasero que a las personas normales a un Presidente, no podemos esperar que el representante de un país tome y sepa lo que cuesta un café en un bar de barrio, o en un bar cualquiera, porque es imposible que con la vida y el trabajo que lleva en su espalda le sea posible hacerlo.
Las sociedades capitalistas están quemadas y la gente cada vez se conforma menos con lo que tiene, las personas adquirimos conciencia de clase y desgraciadamente somos envidiosas. En cuanto vemos que alguien está por encima de nosotros (ya sea económica, social o institucionalmente) vamos a su yugular y buscamos cualquier filón para hincar nuestro pico. Considero que es más importante que el representante de los españoles sepa y conozca la Ley de Trabajadores Autónomos, o los porcentajes de desempleo, o la situación de los inmigrantes en cifras, o los planes de vivienda… que el precio de un café.
Desgraciadamente, le damos importancia a las cosas que no la tienen y se la quitamos a lo que de verdad importa…

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